domingo, 30 de noviembre de 2014

Reto 30 libros IV

Parecía muy largo el mes de noviembre cuando empezaba con este reto propuesto por Mónica, del blog Mobas. Pero hemos llegado al final.

23. Un libro con banda sonora incorporada.

Eleanor & Park tiene su banda sonora.




También la tiene Deseo de ser punk.



Así que esta vez no me quedo con uno, sino con dos.

24. Uno que no hayas devuelto a su propietario.

Hace poco lo comenté. No he devuelto un libro a mi cuñada, que me lo dejó y me dijo que no hacía falta que se lo devolviera. Dime quién soy, de Julia Navarro. Un libro que, por cierto, no me gustó demasiado.




25. Uno verde.

Me ha cosstado decidirme en este apartado. Quizá por el verde, color de la esperanza. Y he pensado en un libro que me resultó esperanzador cuando lo leí. Lo que mueve el mundo, de Kirmen Uribe.



26. Uno amarillo.

Amarillo, sensacionalista. Para mí lo amarillo es lo peor, en ese sentido. Como me he ido por el contenido, uno amarillo será Maravilloso desastre, un intento que hice este verano y que me salió rana, no por el contenido erótico, sino por la personalidad de los protagonistas, en especial para un libro pretendidamente destinado a adolescentes.




27. Uno de un autor al que te hubiera gustado conocer.

Me hubiera gustado conocer a Mario Benedetti. Me caía bien, me parecía un hombre entrañable, o al menos lo parecía. 




28. Uno de un autor al que te gustaría conocer.

Siempre he querido conocer a Stephen King. Era un sueño de adolescente, que ahora no es exactamente un deseo, pero aún me apetecería.




29. Uno de un autor al que hayas conocido.

No tengo una vida social en la que conozca a muchos autores. He conocido a algunos que han venido a los centros donde trabajo para tener un encuentro literario con mis chavales. Muchas veces estos encuentros salen mal porque los autores no tienen mucha idea de cómo acercarse a los chavales y sus charlas les resultan un rollo. Pero otras veces sí que conectan. Así fue el curso pasado, sin ir más lejos con Francisco Díaz Valladares. El autor vino al centro y los alumnos terminaron encantados con él. A ver cómo resultan los encuentros literarios de este curso...




30. Uno azul.

Para mí el azul es blues, es tristeza, y en este apartado me apetece repetir con Novecento. Aunque también podría hablar de Los peces no cierran los ojos, que, no sé por qué, lo recuerdo triste.



sábado, 29 de noviembre de 2014

Hugs

Hoy necesito un abrazo.


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Abrazos y más abrazos


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Hay días en que está así, tiernecita.


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Venga, os mando un fuerte abrazo a todos.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Fotos y más fotos

Me gusta mucho la fotografía, aunque no es un talento que poseamos ninguno en casa. Veo continuamente cosas que me apetece fotografiar y luego los resultados no son buenos.

Aún así, tengo en mi ordenador miles de fotografías.

Ahora con el Project Life, parece que he retomado el tema de imprimir fotos y utilizarlas. También estoy haciendo un álbum digital de nuestro viaje del verano.

Y me encuentro con un montón de cosas chulas que se pueden hacer con fotografías.

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Ahora tengo que encontrar una pared adecuada para hacer algo así.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Un monstruo viene a verme

La última joya que he encontrado en el mundo de la narrativa ha sido este libro.


Puede considerarse infantil, o juvenil. Yo simplemente creo que es un libro muy especial.

Me ha parecido tan bonito, tan especial, tan diferente.


Me ha dejado sentada leyendo, hora tras hora, hasta terminarlo.


Y es tan tierno. Y tan desgarrador...

Primero lo leí en el iPad y luego me lo compré en papel. Y esta edición ilustrada es preciosa. Os la enseño en algunas fotos.





No os pienso contar más, solamente quiero recomendarlo encarecidamente.



Un aviso. He leído por ahí algunas críticas (siempre lo hago después de leer un libro) que dicen que es un poco ñoño, pero es que yo soy un poco ñoña. No digáis que no os he avisado.

Creo que os encantará.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Cuando ya daba la batalla por perdida...

Como comprenderéis los que os pasáis por aquí a menudo, gustándome lo que me gusta leer, y dedicándome como me dedico en mi trabajo a fomentar la lectura entre mis alumnos, en casa lo he intentado por todos los medios con mis hijos.

El mayor, como ha sido siempre más sensato y más fácil, es bastante lector. No tanto como a mí me gustaría, y la verdad es que no lo es porque dedica parte de su tiempo libre a las consolas y al móvil, y le quedan pocos ratos para leer. Pero siempre tiene algún libro en la mesilla, me pide recomendaciones de vez en cuando y lleva un ritmo de lectura, muy lento, pero seguro.

Ahora le ha dado por este autor.



¿Tendrá algo que ver que tengo un montón de libros suyos en casa?


El pequeño empezó a leer tarde, forzado, y eso influyó muchísimo en su gusto por la lectura.

- Es que no me gusta nada leer...

- Es un rollo, mamá...

- No es divertido.

Al oír todo esto opté por no forzar, pero sí poner a su alcance libros, seguir comprándoselos, regalándoselos y hablándole de historias que están en los libros.

Desde primero de primaria, traen de clase un libro cada semana, más o menos, para leer y hacer una pequeña ficha de lectura. Para él siempre ha sido una obligación más que ha cumplido. A veces los libros le gustaban algo más, pero normalmente pasaba por ellos sin pena ni gloria, y los olvidaba a los dos minutos de leerlos.

El  año pasado dio con una serie de libros que le gustaron, y se los fue leyendo todos. Eso sí, poco a poco, y con la obligación que le imponía el colegio.

El equipo tigre.


Hay una película de estos libros, que yo sepa...


Y llegó a los de Gerónimo Stilton. Unos libros que considero espantosos de leer, para mí, pero que a los chavales les encantan.



Su hermano mayor tenía unos veinte libros de este ratón, y un buen día se los pasé a la habitación del pequeño. Empezó con ellos y es un no parar.

Ahora está con los más grandes de Gerónimo, los que son más largos que un día sin pan... Pero tienen olores...



Ayer se llevó un libro debajo del brazo para el rato de espera que tenemos en música entre una clase y otra. La semana pasada hizo lo mismo.

Ahora mismo, mientras escribo esto, acaba de desayunar y ha cogido su libro mientras espera a que su hermano lo lleve al colegio. Y sin mandárselo nadie.

No me lo puedo creer.

martes, 25 de noviembre de 2014

Gastos de envío

Compro bastante por internet, cada vez más.

Me gusta comprar productos en pequeñas tiendas que venden cositas hechas a mano, también en Etsy, en Artesanio o en Dwanda. Tiendas en las que pueden vender sus productos pequeños artesanos o diseñadores.

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Cada uno pone el precio que quiere a su producto, o el precio que sus clientes están dispuestos a pagar, y ahí no tengo queja. Si me gusta el producto y el precio me parece adecuado, si lo puedo pagar, lo compro, si no, pues me conformo con mirar. No protesto, porque cuando busco algo son siempre caprichos, con lo que no tengo ninguna "necesidad" de esos productos.

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Pero hay ocasiones en las que, una vez decidida la compra, lo que me tira para atrás son los gastos de envío.

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Gastos de envío de seis o siete euros, y más, para una ilustración, de un vendedor de España, cuando la carta o paquete puede costar céntimos enviarla hasta mi casa.

No lo entiendo, y en esos casos siempre dejo la compra sin hacer.

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Porque muchas veces son pequeños caprichos, compritas que de cosas bonitas que no necesito, y que si me van a doblar el precio por los gastos de envío, dejo morir en el carro sin terminar la compra.

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No sé si a vosotros os ha pasado, pero me fastidian mucho las tiendas que tienen muy inflados los gastos de envío. Me siento como si se estuvieran riendo de mí.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Insomnio

Durante las últimas semanas, apenas duermo.



Paso la mayoría de las noches, como la de hoy, por ejemplo, totalmente en blanco.

Algunos días duermo un poco, ya a eso de las dos o las tres de la mañana, un sueño intranquilo y nervioso que no me deja descansar bien, y luego me levanto a las seis con mayor sensación de sueño que si no hubiera dormido nada.


Lo que más me apetece cuando estoy así es levantarme y ponerme a hacer cosas, cualquier cosa. Pero me obligo a permanecer en la cama y descansar, al menos.

Sé que debería tomarme algo, que una dormidina o algo así me ayudaría algo a conciliar el sueño, pero ya he dependido de pastillas para dormir en algunas etapas de mi vida, y no quiero volver a eso.



También sé que si hiciera algo de ejercicio todo mejoraría, pero tampoco puedo, materialmente me resulta muy difícil, no diría que imposible, pero casi, encontrar tiempo para hacer algún deporte. Llego a casa muy tarde y cansada, e inmediatamente empiezo con deberes y extraescolares con el peque. Cuando terminamos suelen ser las siete y media o incluso más. Cenamos a las ocho, ocho y cuarto, así que me da tiempo a hacer la cena e ir preparando la comida del día siguiente. Después preparo alguna cosa para clase, o miro internet durante media hora. Con un poco de suerte, me apetece ver el capítulo de alguna serie, aunque ahora la mayoría de los días tampoco tengo ganas. Leo un poco en la cama y luego intento apagar la luz pronto a ver si me entra el sueño... Y vuelta a empezar.



Es una etapa, lo sé, pero resulta difícil ir a trabajar día tras día durmiendo muy poco o nada.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Reto 30 libros III

16. El próximo que vas a empezar.
Creo que va a ser Intemperie, de Jesús Carrasco. 


Después de intentar evitarlo durante mucho tiempo, este libro ha caído en mis manos y muy recomendado, así que no puedo dejarlo más, aunque sé que me va a doler.


Aunque mi próximo libro podría ser cualquiera de los que tengo en mi lista de pendientes, porque nunca se sabe.

17. El próximo que vas a comprar.

Esto lo tengo claro. He leído un libro en mi libro electrónico que me ha gustado mucho, y voy a comprarlo (en realidad, ya lo tengo encargado). Hablaré de él en los próximos días.


18. Uno que te hizo cambiar de idea sobre algo (lo que sea).

Me ha costado bastante esta categoría. Supongo que los libros siempre nos hacen cambiar en algo, nos influyen, a mí al menos me influyen mucho, hasta en el estado de ánimo mientras los leo.


Dando vueltas al tema, he decidido que quizá La cena, de Herman Koch fue un libro que me influyó mucho en la manera de ver la maternidad, y también en cuando uno dice eso de "yo esto nunca lo haría".

19. Uno rojo.

El rojo es la sangre, la violencia...

El primero que me viene a la mente es el último que he leído, del que aún no he tenido tiempo de hablar en el blog.

Heridas abiertas, de Gillian Flynn.

20. Uno naranja.

Por naranja entiendo alegre y veraniego. De este tipo podría elegir algunos de este verano. Pero cuando he visto la categoría, me ha venido a la mente uno del que os he hablado hace poco, también tendrá algo que ver el que su portada sea naranja...


Cuentos en verso para niños perversos.

21. Uno que hayas heredado.

 Heredé algunos libros de mi abuelo. Aunque a ese respecto fue mi chico el gran heredero. Sí, mi abuelo le dejó parte de su biblioteca, con temas sobre la Guerra Civil, a mi chico, que no conoció a sus abuelos, y por eso el mío lo tenía adoptado.


Uno de esos libros que no heredó él sino yo fue Edad Prohibida, en una edición antigua, libro al que tengo un cariño especial. Lo leí hace muchos años, siendo una adolescente, y no he vuelto a hacerlo por miedo a que ahora me decepcione.


22.Uno déjà-vu (que te parezca que ya lo has leído).

Una cosa curiosa que me pasó con un libro. Hace años leí Brooklyn follies, de Paul Auster. Pero me olvidé por completo del libro. El olvido llegó hasta tal punto que el año pasado lo volví a leer, y así, mientras lo leía, pensaba en que debía de ser parecido a otro libro de Auster que ya hubiera leído, porque me sonaba. Hacia el final del libro, estaba mosqueada, como si me hubieran tomado el pelo. 


Días después de terminarlo, buscando en mis estanterías alguna relectura, apareció un ejemplar de este libro, leído, por supuesto.

sábado, 22 de noviembre de 2014

La música

Hoy me he levantado y, como cada sábado, me he puesto a desayunar tranquilamente mientras echo un vistazo a algunas páginas, ésas de las que soy asidua.

He abierto el blog de Tracy y he visto que hoy es Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Además, ella dice ¿Qué sería de nosotros sin la música?. También me he acordado de Carmen, mi chica preferida cuando se trata de recomendar música.

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Y por supuesto, he ido corriendo a felicitar a mi músico favorito, que también estaba desayunando en el salón, frente a la tele.

Ya os lo he contado en otras ocasiones, no he sido nunca una persona aficionada a la música, siempre me ha sido fácil prescindir de ella, y no he cultivado mis gustos musicales, así que apenas tengo oído y reconozco que soy una total ignorante en ese terreno.


Pero resulta que tengo un hijo que adora la música, que decide que quiere ir a clase de música desde muy pequeño (3 años), no porque se lo impongan sus padres, sino porque él quiere. También el baile le apasiona y todo lo que tenga que ver con el ritmo y la música.

Y, en un momento muy malo para él, en el que no encajaba en ningún sitio, en el que todo lo que le rodeaba parecía convertirse en su enemigo y estar en su contra, decide, así porque sí, que la viola es su instrumento, y en tres meses comienza a sacar música, música de verdad, de ese instrumento infernal.

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Puede que no se vaya a dedicar a la música, puede que un día se canse de ella (aunque ahora mismo no lo creo), puede que pasen muchas cosas, pero lo que ha hecho la música por él no lo ha hecho nada hasta ahora.

Y puedo decir, sin exagerar, que la música le ha salvado.